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Las personas que se encuentran en la primera etapa de recuperación de la adicción aún no están preparadas para ningún programa de tratamiento de la adicción. Esta fase se caracteriza por una actitud defensiva y una justificación interminable de su comportamiento. Hay una clara falta de comprensión sobre el impacto negativo del consumo excesivo de drogas o alcohol y un fuerte enfoque en los efectos positivos que experimentan al usar la droga de su elección.

La siguiente fase se caracteriza por la preparación contemplativa. Esto significa que la persona está preparada para provocar cambios en el futuro, pero no de inmediato. A diferencia de la etapa anterior, son conscientes de las ventajas de dejar las drogas.

Cuando se trata de la etapa de preparación, el individuo está desarrollando un sentido de urgencia con respecto a su deseo de sobriedad. Por lo general, han dado pasos para tomar medidas, como intentar inscribirse en un gimnasio, consultar a un consejero o intentar dejar la adicción por sí mismos sin asistir a un centro de tratamiento.

Durante la etapa de acción, la persona ha realizado cambios significativos en su vida y está comprometida con el cambio. Esta etapa de cambio se caracteriza por períodos prolongados de abstinencia y la inclinación a acudir a profesionales en busca de ayuda antes o después de una recaída.

Durante la etapa de mantenimiento, el individuo trabaja duro para prevenir una recaída en la recuperación de la adicción. También mantienen los cambios en el estilo de vida que hicieron, como hacer ejercicio con regularidad, realizar actividades recreativas, mantenerse sobrios, prestar atención a la higiene del sueño y asistir a grupos de apoyo. No sienten la necesidad de recaer con tanta frecuencia como las personas en la etapa de acción, por lo que su confianza crece y creen verdaderamente en su capacidad para mantener la sobriedad a largo plazo.